Estuve pensando un momento como quería que fuera el desarrollo de lo que sigue. Emocional o racional. Diluido o concreto. No pude descifrar mi deseo del todo así que decidí intentar que fluya lo más posible para que sea liviano y útil para quien les habla (o escribe).
Podría tranquilamente hacer una lista de cosas que me gustan de vos y de cosas que no. Intentar, durante su confección, tener la mente y la sangre fría, buscar la manera de que la sinceridad sea tal que te lastimara por la crudeza y el filo de mis palabras.
Sino lo hago es porque apenas si logro mirarte. Apenas si puedo escucharte o, simplemente, compartir el metro cuadrado con vos sin sentir que soy la más boluda de todo el globo terráqueo.
Me dejás sin poder decir una frase entera, en frente tuyo por más que quiera las palabras no me salen. Esbozo onomatopeyas que más bien son gruñidos o sonidos guturales que digo sin mirarte.
Me congelo cuando me mirás, sin llegar a determinar que tanto tiene que ver tu mirada en sí -esos ojos marrones- o si se trata simplemente de tu manera de llevar a cabo el casi involuntario acto de mirar o ver. Busco, como quien busca fósiles en algún páramo alejado de la civilización, alguna prueba de que tu mirada es así para mí.
No puedo evitar buscarte con la mirada para constatar que no me estás mirando. No puedo evitar pensar que tu gesto cuando me mirás es para el que está al lado mío. No puedo evitar, sentirme terriblemente idiota cuando me mirás.
El simple hecho de estar en el mismo ambiente, de estar parados uno al lado del otro me provoca escozor. No puedo evitar justificar mi silencio, obligado ante la clara y realista posibilidad de que el corazón me salga saltando a través de la garganta si trato de articular palabra, con argumentos vagos a los que ni siquiera puedo darles una coherencia interna.
Si pudiera, te dejaría, si fuera fuerte, poderosa, si me pudiera dominar en la ansiedad, me iría. No porque seas malo. No porque sea mala.
Simplemente porque, si no flaqueara como lo hago cuando te veo, antes de irme me acercaría –casi hasta que me puedas sentir el aliento- y te haría saber que, como es muy claro y absolutamente cierto, soy la mujer de tu vida.
Riviere? :P
ResponderEliminarah... me olvidaba...
ResponderEliminarPRI! ;) ;)