domingo, 29 de abril de 2012

Pitonisa y ascensores,

Saliste corriendo del lugar, con la necesidad imperiosa de contarle a alguien lo que había pasado, pero ya en el exterior el aire fresco en la cara y la humedad por la lluvia reciente te ubicaron un poco más en situación.

Ubicada y todo, así entre nos, lo que había pasado era increíble.

Tan increíble que era fácil de pensar que en realidad le había pasado a alguien más.

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