A destiempo
¯¯¯¯¯¯¯¯¯
Deberías repensar tu amor por F.e.R porque definitivamente atenta, ya no solo contra tu estabilidad mental sino que también atenta contra tus intenciones de conservar la dignidad.
Estás a un paso de hacer el mayor ridículo de tu existencia y no parece importarte demasiado...AHORA. En 20 minutos vas a querer ser velozmente devorada por una manada de pumas hambrientos.
Claro, AHORA no te importa, por lo que tratando de no llevarte nada por delante y buscando simular un seguro andar, vas hacia donde está él.Como si fuera lo menos premeditado del mundo. No es como si lo hubieras estado graneando los últimos 89 minutos y 30 segundos. Seguís caminando los 40 pasos más cardiológicamente contraindicados de tu escasa, breve e inexperta existencia. Te retumba una melodía en la cabeza. Tratas de identificarla porque claramente no es la que se escucha afuera.
De repente entendés todo.
Te das cuenta de que él no está solo ahí, a 40 pasos.
No es solo el sujeto de porte intempestivo, tormentoso.
El tipo de espíritu huracanado, no esta solo ahí parado
Te das cuenta que vive en tu cabeza, que hace ya tiempo que se instaló, ahí, cada palabra, cada nota, cada inflexión cada cambio de tono, cada temblor y cada aseveración.
Entonces lo mirás, pero no lo vez, porque estás enfrente de él pero sin hacer otra cosa más que escucharlo en tu cabeza.
Algo te saca de tu trance y lo mirás fijo. Lo suficientemente fijo como para lograr que escuche lo que vos escuchás.
Él te mira.
Abrís la boca para decir “Hola” y sentís que mover el aire para decirlo te lleva 100 años y toda tu energía vital...y él te contesta:
-Che ¿compramos una cerveza?-pregunta tu amiga
-....Eh?!
-Que si compro una cerveza y la compartimos.
-Ah...si...bueno.
Ves como la rubia, a la que con tu amiga habían defenestrado hacia solo 3 minutos, se acerca y lo saluda.
Le dice algo al oído. Se ríen.
Te pasó de nuevo. De nuevo quisiste ser valiente, animarte y tomaste la decisión de hacerlo pero te faltó caminar los 40 pasos y envejecer ese siglo al intentar decir únicamente “Hola”.
Ese “hola” que ahora murmurás mirando el suelo; triste y frustrada pateás el piso y te alejás para perder a F.e.R de vista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario